domingo, 27 de febrero de 2011
Cosas que se oyen en un piso de estudiantes
Nada más que añadir...
jueves, 17 de febrero de 2011
Evadiendo la culpa
no os aburro con un largo texto. Mejor un vídeo cortito:
Mrs. Pinacle: y la culpa la tiene........ ¡LA MERMELADA DE FRESA!
Mss. Maya: ¡¡¡Eso es mentiraaaaaaaa!!! ¡la culpa la tengo yo!
miércoles, 16 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
Ánfora etrusca
sábado, 12 de febrero de 2011
jueves, 10 de febrero de 2011
¡Qué malas somos las mujeres!
Mis queridos gorrocópteros,
Aquí tenéis un grabado de Andrea Mantegna, Sansón y Dalila. Los avatares del destino no me han permitido subir la foto con la calidad suficiente. Sin embargo, doy fe de que, en el tronco del árbol, en la parte baja, hay una inscripción que reza: foemina diabolo tribus assibus est mala peior ("una mujer mala es tres veces peor que el diablo").
Acompañamiento musical (propuesta de los lectores):
PD. Para quien quiera ver con sus propios ojitos la inscripción: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/97/Andrea_Mantegna_042.jpg
domingo, 6 de febrero de 2011
Hoy actualizo yo.....
.... porque últimamente no lo hace nadie más y ni siquiera comentáis. Pero no quiero hacer una escena de ataque de celos o algo por el estilo.
Hoy os pongo dos fragmentos de libros. El primero, Rayuela, es uno de mis libros favoritos. El trocito que os invito a leer llama la atención sobre la perspectiva del protagonista acerca del mundo. O mejor dicho, su posición, ¡esto da para mucho! Mejor que el texto hable por sí solo.
El segundo es de un libro que estoy leyendo ahora. Por cierto, lo compré por tres euros en la estación de autobuses, donde han colocado un puestecillo de libros baratos: hay patatas, clásicos de la literatura y filosofía. Todo a tarifa de estudiante.
El cuadro es Lirios, de Van Gogh (aunqu esto último sobra decirlo) y lo pongo porque me da la gana y nunca sobra.
"Si la lucidez desembocaba en la inacción, ¿no se volvía sospechosa, no encubría una forma particularmente diabólica de ceguera? La estupidez del héroe militar que salta con el polvorín, Cabral soldado heroico cubriéndose de gloria, insinuaban quizá una supervisión, un instantáneo asomarse a algo absoluto, por fuera de toda conciencia (no se le pide eso a un sargento), frente a lo cual la clarividencia ordinaria, la lucidez de gabinete, de tres de la mañana en la cama y en mitad de un cigarrillo, eran menos eficaces que las de un topo.
Le habló de todo eso a la Maga, que se había despertado y se acurrucaba contra él maullando soñolienta. La Maga abrió los ojos, se quedó pensando.
-Vos no podrías -dijo-. Vos pensás demasiado antes de hacer nada.
-Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.
-Partís del principio -dijo la Maga-. Qué complicado. Vos sos como un testigo, sos el que va al museo y mira los cuadros. Quiero decir que los cuadros están ahí y vos en el museo, cerca y lejos al mismo tiempo. Yo soy un cuadro, Rocamadour es un cuadro. Etienne es un cuadro, esta pieza es un cuadro. Vos creés que estás en esta pieza pero no estás. Vos estás mirando la pieza, no estás en la pieza.
-Esta chica lo dejaría verde a Santo Tomás -dijo Oliveira.
-¿Por qué Santo Tomás? -dijo la Maga-. ¿Ese idiota que quería ver para creer?
-Sí, querida -dijo Oliveira, pensando que en el fondo la Maga había embocado el verdadero santo. Feliz de ella que podía creer sin ver, que formaba cuerpo con la duración, el continuo de la vida. Feliz de ella que estaba dentro de la pieza, que tenía derecho de ciudad en todo lo que tocaba y convivía, pez río abajo, hoja en el árbol, nube en el cielo, imagen en el poema. Pez, hoja, nube, imagen: exactamente eso, a menos que..." Rayuela (Capítulo 3) Julio Cortázar.
"Contento con los pequeños placeres, pero nunca satisfecho, había pasado mucho tiempo sin oír la voz, sin alcanzar ninguna cima; durante largos años, el camino había sido monótono y llano, sin alta meta, sin sed, sin elevación. Sin darse cuenta siquiera, el propio Siddharta se había esforzado por parecer un ser humano como todos los que lo rodeaban, pero la cida de él era mucho más mísera y pobre que la de ellos; sus fines no eran los de él, ni tampoco sus preocupaciones. Todo aquel mundo de Kamaswami, para Siddharta tan sólo había sido un juego, un baile, una comedia." Siddharta (Capítulo 7), Hermann Hesse.
PD. Si queréis leer algo más de Rayuela: http://www.literaberinto.com/cortazar/rayuela.htm